“DESPERTAR” EL ENGRAMA
Usando el ejemplo anterior de una mujer que había sido golpeada, pateada y se le dijo que no era buena y que siempre estaba cambiando de opinión, mostraremos cómo se “despierta” el engrama original. Posteriormente, cuando el entorno presente de la mujer contenga suficientes elementos similares a los que se encuentran en el engrama, ella experimentará una reactivación de ese engrama.
Por ejemplo: si una tarde el grifo estuviera abierto y ella escuchara el sonido de un coche que pasa afuera (ambos estaban sucediendo durante el engrama original) y al mismo tiempo su marido (el hombre en su engrama) la reprendiera por algo, en un tono de voz similar al que usó en el engrama original, ella experimentaría dolor en el costado (donde fue golpeada anteriormente). Y las palabras que se dijeron en el engrama podrían convertirse también en órdenes en el presente: ella podría creer que no era buena, o tener la idea de que siempre cambiaba de opinión.
La mente reactiva le diría a la mujer que se encontraba en un lugar peligroso. Si ella permaneciera ahí, el dolor en las áreas donde fue maltratada se podría convertir en una predisposición a la enfermedad o en una enfermedad crónica misma. A este fenómeno de “despertar” el antiguo engrama se le llama reestimulación.
La mente reactiva no es una ayuda para la supervivencia de la persona, por la excelente razón de que aunque es lo bastante fuerte como para resistir durante el dolor y la “inconsciencia”, no es muy inteligente. Intenta “impedir que una persona se ponga en peligro”, y al imponer el contenido de su engrama puede causar temores y emociones indeseadas y desconocidas, enfermedades psicosomáticas y dolores que sería mejor no tener.