ENGRAMAS
La mente reactiva no almacena memorias como nosotros las conocemos. Almacena tipos particulares de cuadros de imagen mental llamados engramas. Estos engramas son un registro completo, hasta el último y preciso detalle de cada percepción presente en un momento de “inconsciencia” parcial o total.
Este es un ejemplo de un engrama: se derriba a una mujer con un golpe en la cara, ella queda “inconsciente”, se le da una patada en el costado y se le dice que es una farsante, que no es buena, que siempre está cambiando de opinión. Cuando esto sucede, cae una silla. En la cocina hay un grifo abierto. Por la calle está pasando un coche.
El engrama contiene un registro continuo de todas estas percepciones.
El problema con la mente reactiva es que “piensa” en identidades: una cosa es idéntica a otra.
La ecuación es A=A=A=A=A. Una computación de la mente reactiva sobre este engrama sería: el dolor de la patada equivale al dolor del golpe, que a su vez equivale a la silla que se cae, que a su vez equivale al coche que pasa, que a su vez equivale al grifo, que a su vez equivale al hecho de que es una farsante, que a su vez equivale al hecho de que no es buena, que a su vez equivale al hecho de que cambia de opinión, que a su vez equivale al tono de voz del hombre que la golpeó, que a su vez equivale a la emoción, que a su vez equivale a una farsante, que a su vez equivale a un grifo abierto, que a su vez equivale al dolor de la patada, que a su vez equivale a la sensación orgánica en la zona de la patada, que a su vez equivale a la caída de la silla, que a su vez equivale a cambiar de opinión, que a su vez equivale a... ¿Pero por qué continuar? Cada percepción del engrama equivale a cualquier otra percepción en el engrama.
En lo que se refiere a cómo estas experiencias afectan al individuo, lee “despertando” el engrama.